jueves, junio 22, 2006

DESPERTANDO

Ayer desperté aún sintiéndote en mi piel. Tu olor aún estaba en mi cuello y la sensación de tus manos rozándome la piel aún estaba latente en mí.

El recuerdo de tus gemidos me impacientaban y me producían placer. Aún no amanecía y yo ya me sentía nuevamente inundada por la excitación.

Lentamente mis manos comenzaron a bajar por mi cuerpo, encontraron mis pezones que se erguían bajo el pijama como dos montes, los toque y sentí placer. Jugué un rato con ellos, hasta que me sentía más y más caliente.

Seguí bajando mis manos por debajo del pijama hasta encontrarme entre mis piernas, las abrí casi instintivamente, descubrí que ya estaba húmeda, si hubieses estado ahí podrías haberme penetrado en el acto y me habrías arrancado gritos de placer.

Pero no estabas, sólo el recuerdo de la noche anterior en la van estaban junto a mí.

Mis manos tocaron mi clítoris en un vaivén acompasado, primero lento, luego más rápido… mis manos fueron osadas y siguieron más allá, hasta introducirse por mi vagina, estaba caliente y húmeda.

Mis dedos se hundían en mí, dándome placer, cada vez más fuerte, imaginaba tu pene en mi boca, lamiendo, chupando, sintiendo tu olor…

Poco a poco fui llegando más y más arriba, hasta llegar a un orgasmo largo, fuerte, que me dejó exhausta y con más ganas de ti.