jueves, enero 05, 2012

Los Juguetes

Se había sentido excitada todo el día, tenía muchas ganas de encontrarse con alguien que se la llevara a la cama, le abriera las piernas con delicadeza y la embistiera con brutalidad.

Los buenos amantes se habían vuelto escasos, ya no se encontraban fácil como antes, otra vez se tendría que conformar con sus juguetes.

Hace años había comprado un vibrador, cada vez que lo veía entendía por qué no se conformaba con nadie, era demasiado grande comparado con el promedio normal. Encontrarse uno así de carne y hueso no sería fácil. También tenía un vibrador más pequeño para uso anal. Se volvía loca con ambos en la cama y esa noche no sería la excepción.

Esperó a que la noche estuviera quieta para sacar sus juguetes, los puso sobre la mesita del velador mientras buscaba la cámara. Quería ver la última video grabación que había hecho con su amigo intimo donde él la embestía duramente. Esa imagen la excitaba, escuchar los gemidos de ambos llenando la habitación la dejaban rápidamente con la entrepierna mojada.

Se quitó lentamente la ropa, como si alguien la estuviese mirando, coqueteando frente a ese nadie y tocando sus pezones que comenzaban a endurecerse.

Levantó una pierna y la apoyó en la cama para poder llegar con mayor facilidad a su sexo, acarició su clítoris mojado y luego llevó esos jugos a su boca, el olor y el sabor la excitaron más. Estuvo tentada en comenzar a introducirse el vibrador más grande, pero significaría que acabaría pronto. Se detuvo un momento para encender la cámara y ver las imágenes.

El sonido, era eso lo que más la excitaba, más que las imágenes.

Se acostó boca arriba y comenzó a explorar su sexo, siempre lo hacía como si fuera la primera vez. Introdujo lentamente un dedo y sintió su calor. Luego introdujo dos dedos y los movió lentamente en su interior.

Al sacarlos los pasó suavemente por su ano, haciendo círculos sobre él, tratando de dilatarlo poco a poco, preparándolo lentamente a lo que venía.

Tomó el vibrador más pequeño y le puso un poco de gel íntimo, lo acarició para esparcirlo mientras sus piernas se movían de un lado a otro, con impaciencia, esperando ansiosa por lo que venía. Puso sus piernas de lado y comenzó a introducirlo por su ano lentamente, un poco adentro, luego un poco afuera, hasta que quedó completamente adentro.

El placer de la sensación la tenía vuelta loca, quería eso y mucho más.

Lentamente abrió sus piernas e introdujo el vibrador más grande en su vagina y lo encendió primero lentamente, luego más rápido, sus gemidos se comenzaron a escuchar por la habitación mientras hábilmente no dejaba que ninguno de los dos vibradores escaparan a su posición, dándose placer una y otra vez, hundiéndolos y soltándolos, moviéndolos de un lado para el otro hasta conseguir el éxtasis.
Las oleadas de placer inundaron su ser, con su mano sintió cómo su clítoris se hinchaba y la explosión fue sublime, tan sublime que después del placer máximo, seguía sintiendo puntadas mezcla de placer y dolor en el clítoris.

Exhausta apenas pudo sacarse sus juguetes para dejarlos en la mesita y darse vuelta a dormir.